¡Escuchame, pelotudo! ¿Sabés qué es lo que carga más rápido que tu engendro sobrecargado y lleno de giladas? HTML pelado, así, como viene. ¿Y sabés qué es lo que no se rompe todos los putos martes? El HTML, el que simplemente FUNCIONA. ¿Para qué carajo la complicás, y le rompés las pelotas a todos? Te hacés el que va a programar la próxima misión a la Luna y lo único que necesitás es un botón y un poco de texto.
Te aviso, salame: la web andaba bárbaro antes de que tus frameworks inflados salieran de la cloaca. Te gastás diez lucas verdes en el framework de moda como si fuera una cartera Gucci, para llevar dentro la misma mierda que podrías meter en una bolsa del chino en el '95. ¿Por qué mierda te hacés tanto lío si HTML está ahí, listo, desde que existe Internet?
¿Me estás jodiendo? ¿Sabés mostrar un botón en pantalla sin todo el circo moderno que necesitás para sentirte importante? Mirá pendejo, acá tenés tu botón:
Tatuátelo en la frente así te acordás cuando te mirás la cara de boludo en el espejo:
<button>Botón de la concha de la lora</button>
¿Te diste cuenta, campeón? El HTML es el puto conejo Duracell de la web. Sigue y sigue. Sin plugins, sin actualizaciones, sin romperse. Tu querido framework está atragantándose con su propio humo, queda obsoleto antes de que termines el tutorial, y mientras tanto este botón la sigue rompiendo. HTML está desde que la web era un bebé de pecho y va a seguir estando cuando tu stack sea solo un pie de página en el repo de algún otro salame.
¿No podés hacer algo lindo con HTML? ¿En serio? Tomá, pedazo de banana pixelado:
¿Por qué es fachero?
En serio, ¿qué más querés cabeza de termo? ¿Un trofeo pedorro por usar un framework para hacer lo que HTML hace de una? ¿Una estrellita dorada por complicar algo que está resuelto desde el siglo pasado? Bajá un cambio, pelotudo. HTML anda y no necesita tu chamuyo.
La IA está ahí, la mandó el Diego del cielo (o mínimo llegó desde el búnker nerd de Altman), lista para escribirte esa app pedorra en cinco segundos. Te tira HTML perfecto, te corrige las cagadas y seguro hasta te limpia el culo si se lo pedís. Pero no, vos seguís aferrado al framework como si fuera el último penal de Montiel que te va a dar el mundial. ¿Tanto te gusta depender de diez mil dependencias y un build que dura más que tu última relación fallida?
El ejército de IA de Altman se caga de risa viendo cómo te ahogás en el virtual DOM de React rogando que tu app no muera de tanto verso. Eso no es progreso, es una tragedia, capo. Tenés a Messi para poner en el equipo y seguís poniendo al queso de Ronaldo con sobrepeso. Crecé de una vez, papá.
Escuchame bien, pelotudo. Todo el mundo sabe HTML. Tu bisabuela ya armaba con <table>
esquivando balas en la Segunda Guerra Mundial. Tu abuelo tiene el diploma de “Doctor en HTML” colgado al lado de la
copa de “Sobreviví al 0610 del dial-up”. Tu viejo balbuceaba <div>
antes de decir mamá. Hasta tu
perro seguro tiene un curro en MercadoLibre ofreciendo armar webs en HTML. ¿Por qué carajo seguimos respondiendo las
preguntas de tu cerebro moribundo? Dale, ubicate.
¿Error de hidratación? ¿Qué carajos es eso? Suena a excusa de barista hipster palermitano porque tu latte de avena está seco. “Uy, maestro, tu café tiene un error de hidratación”. Andá a cagar. ¿Tree shaking? ¿Qué es esto? ¿La maderera de la esquina? Basta de inventar boludeces, la puta madre. HTML no hace esas giladas. Solo anda.
¿Viste a alguien contratar un equipo para “mantener” HTML? No, nadie, maestro. HTML es tan confiable que ni necesita soporte. Mientras tus frameworks inflados se quejan con cada update o lloran por parches, HTML se rasca y labura sin chistar. Si te quieren vender “soporte premium de HTML”, mandalos a cagar. Encima ni traducir framework podés, ¿qué es? ¿un marco de trabajo? ¡Andá a la puta que te parió!
Deployar HTML es más fácil que borrar el historial después de mirar porno. Tirás los archivos en el servidor y listo. Nada de 12 pasos, nada de DevOps con túnica y varita, ni Docker, ni CI/CD, ni magia negra. Arrastrás, soltás, y a la mierda, fue. Tu framework necesita un lanzamiento de la NASA para mostrar un "Hola mundo". HTML no le da bola a tus herramientas fashion de deployment. Es ese bar de mala muerte: el que siempre abierto y cumple. Tu framework es el café hipster en Palermo Poronga que está “cerrado temporalmente” justo cuando lo necesitás.
Lo único que necesitás es un poco de cerebro. Cada año sale otro framework “rápido como la mierda”, dos pedos adelante del anterior. Más esquinas redondeadas, más colores, otra cosa para aprender…
*Andá acagar*
Usá HTML, loco. Es increíble ¡y hasta se ve bien!
¿Abreviaturas? HTML. Mové el mouse arriba de esto, máquina, y fijate.
Ideal para gritar lo importante: ¡LA CONCHA DE TU FRAMEWORK!
Suficientemente grande para que los otros títulos cierren el orto.
Cuando tenés que susurrar alguna pelotudez pasivo-agresiva.
Chico, pero no tanto como ese bug de tu framework que te sigue a todos lados.
Solo para la letra chica cuando le vendés el alma a la empresa.
¿Ves? HTML tiene jerarquía, estilo, y tu framework de mierda sigue queriendo reinventar la rueda… pero HTML ya se armó el auto, campeón.
¿Pensás que necesitás JS para interacción? ¡Error, pescado! HTML ya trae secciones desplegables:
Buuuu, cagón 👻
¿Popovers? Nativo, cero framework. Comete esta:
¿No te alcanza? Meté un poquito de JS inline (sí, en dentro del HTML, purista del orto) y ya tenés diálogos nativos. Sin build, sin frameworks, toda pura potencia.
*Este formulario es pura potencia de HTML en crudo. Ni un framework fue lastimado, porque igual son al pedo.*
Así que ¿cuál es tu excusa ahora? ¿Seguís abrazado a tu framework de moda como un nene asustado? HTML es el banquito viejo del bar que se bancó todas las peleas y todavía te aguanta la borrachera. Los frameworks son las sillas de plástico berreta que se rompen apenas te sentás. HTML no necesita de tu lástima ni de tu show. Es la columna de cada página que abriste en tu puta vida, ingrato. Seguí con tu modita. HTML está acá, tomando whisky, listo para seguir ahí cuando tu carrera termine.
Ah, mirá vos, apareció el genio: “Si HTML es tan groso, ¿por qué no hacés todo en Assembler?”. Ahí lo tenés al pelotudo. ¿Se te ocurrió solito? Hacer webs en Assembler es como cortar el asado con un bisturí: podés, pero quedás como más boludo que de costumbre. HTML funciona, punto. Es la columna vertebral de la web desde que Al Gore apretó el botón y desde que Menem anunció los viajes a la estratósfera, y va a seguir mucho después de que tu framework de moda esté enterrado juntando gusanos en GitHub. Así que metete tu lógica en el orto. HTML es rey y vos un peón con teclado, la concha de tu madre.
¿Sabías que cuando le ponés un id
a un elemento HTML, el HTML no se queda ahí rascándose las bolas? Te
crea una variable lista en JavaScript, ¡lista! ¿entendés, cabeza de termo? Ni tenés que mover un dedo. HTML te está
bancando la parada mientras tu JS todavía no sabe ni atarse los cordones.
Probalo: abrí la consola y escribí soy_un_boludo
. ¡Pum! Ahí está, desagradecido. HTML te lo sirvió en
bandeja y ni siquiera tuviste que pedirlo. Esto es lo más básico, y si no lo sabías... felicitaciones, sos
oficialmente más duro que una piedra.
Esto es HTML sacando músculo, mostrando que no es un decorado estático. Es dinámico, es potente, y viene arrastrando tu culo desde el día uno. Mientras tanto, tu JS se hace el protagonista y en realidad solo le sigue la corriente a HTML como un parásito.
Así que la próxima vez que te pajees con tu framework palermitano de JS, acordate: HTML es el que hace el laburo de verdad, y se caga de risa de tus complicaciones al pedo.
Es ese tipo de página que te dan ganas de llorar de alegría y tirar tu framework de JavaScript carísimo por la ventana. Es la clase de página que te pone las ganas de dejar tu laburo y convertirte en predicador de HTML. Te dan ganas de armar una secta para rendirle culto al HTML. Te dan ganas de escribirle una carta de amor y mandársela a los dioses del HTML. Te dan ganas de armarle un altar en el living y hacer una juntada con amigos en honor a HTML. Te dan ganas de abrirte un canal de YouTube para hacer tutoriales y puteadas sobre HTML. Te dan ganas de escribir un libro sobre HTML y autopublicarlo en Amazon. Te dan ganas de abrirte un TikTok solo para subir bailes de HTML todos los días. Te dan ganas de crearte un LinkedIn para sumar solo gente que ame HTML.
— Usá HTML, la concha de tu madre